PARENTALIDAD EN TIEMPOS DIGITALES: CÓMO LIMITAR EL USO DE TECNOLOGÍA EN LOS NIÑOS

El uso adecuado de tecnología en los niños es una consulta muy habitual de padres preocupados por el exceso de horas que pasan sus hijos frente a los distintos dispositivos tecnológicos, como celulares, televisión, computador, entre otros. Cuando buscan información en internet, se encuentran con una amplia gama de opiniones o investigaciones acerca del tema, desde algunas que detallan beneficios importantes en el aprendizaje, hasta desventajas lapidarias en el desarrollo infantil, lo que los hace sentirse algo confundidos y abrumados con el tema. Pareciera ser que muchos padres están consientes de que deben limitar el uso, o incluso restringirlo en los más pequeños, sin embargo, es complejo pensar en cómo lo aplican en la vida real, en un mundo que funciona con un uso tecnológico cada vez más desarrollado y omnipresente. ¿Debemos aislar a los niños de la tecnología? ¿Debemos aceptarlo como una realidad y esperar a ver qué sucede? o ¿Debemos hacernos cargo y hacer algo al respecto? Si bien hay familiares que optan por lo primero o lo segundo, nosotros creemos que es un tema que vale la pena reflexionar, sacar conclusiones y tomar decisiones al respecto, porque claramente la tecnología no es algo que deja indiferentes a niños y familias.

En primer lugar es importante visualizar los efectos del uso ilimitado de tecnología. En los menores puede retrasar la adquisición del lenguaje y otras áreas del desarrollo, y en la mayoría puede aumentar la hiperactividad, ansiedad, generar mayores probabilidades de depresión, dificultades en la concentración y retención, aumento de agresividad, sobrepeso u obesidad, trastornos del sueño, sumado a la exposición a la radiación, en donde los niños son más sensibles a ésta. Además de todo lo anterior, tiene un componente adictivo en donde se genera una relación de dependencia.  Pero por la otra cara de la moneda, existen aplicaciones y programas televisivos que están diseñados para la estimulación de aprendizaje, en donde su uso limitado podría ser beneficioso.

Por lo tanto, ya en conocimiento de lo que podría generar en los niños, es una responsabilidad de los padres protegerlos, e implementar hábitos saludables frente a la tecnología, como regular su uso y contenido. La Academia Americana de Pediatría (APP) recomienda no exponer a los niños a tecnología antes de los 2 años, 1 hora entre los 3 y los 5, y 2 horas desde los 6 en adelante. Eso dicen los expertos avalados por la investigación. Entonces, primero vale la pena reflexionar si el exceso de tecnología es efectivamente un problema en la familia, y para ello recomiendo hacer un diagnóstico de la situación. Preguntarse cuánto tiempo pasan frente a una pantalla. ¿Estoy observando alguna consecuencia de las antes mencionadas en alguno de mis hijos? ¿Qué podría ser distinto en mi familia si estuvieran menos tiempo frente a una pantalla? Y también por su supuesto preguntarse a ustedes mismos(as), ¿Cuánto tiempo paso frente a una pantalla (excluyendo en el trabajo)?, ¿Cuántas veces estoy respondiendo mensajes y viendo TV cuando estoy con mis hijos? ¿Cómo interfiere en las comunicaciones, por ejemplo cuando converso con mi pareja? No deben olvidar que los niños aprenden por imitación, por lo tanto, hacerse cargo de esto abarca el funcionamiento familiar completo. Hacerse estas preguntas ayuda a hacer consciente algo que pudiera estar muy naturalizado, especialmente en los últimos años, en donde el uso de los dispositivos celulares se ha interiorizado en nuestras dinámicas interpersonales en forma constante.

Al hacerte estas preguntas podrías llegar a sentir algo de culpa o ansiedad, lo que es absolutamente normal, probablemente tú mismo(a) eres el o la que le pasa el celular a tu hijo pequeño para que te deje un tiempo para ti, o eres tú el que pasa horas revisando las redes sociales mientras tu hijo quiere jugar contigo. Es un claro reflejo de la era digital en la que estamos y evidencia la dependencia psicológica que genera el estar siempre conectado. Sin embargo, eso no significa que no se recomiende hacer nada al respecto. Por el contrario, si quieres hacer algún cambio, por supuesto que se puede y las recomendaciones que podrías probar son las siguientes:

-Luego de  tomar de conciencia de la situación y sus consecuencias, pensar en acciones concretas acorde a la etapa en que estén los niños. Por ejemplo, en los escolares limitar el uso diario, estableciendo horarios, en equilibrio con otras actividades del día como jugar en la plaza, practicar algún hobbie y/o estudiar.

-Ofrecer otras alternativas de entretención en donde participe toda la familia, como jugar algún juego de mesa, hacer paseos y panoramas al aire libre como picnics, caminatas, etc.

-Seguir con el ejemplo, es decir, ser consientes de que no se puede esperar que los hijos entiendan el sentido de usar menos dispositivos tecnológicos si los padres pasan todo el tiempo “online”. Interpretarían los límites de uso como un castigo o imposición “injusta” de los adultos, generando más interés en usarla. Por lo tanto, los padres también deben regular el uso de tecnología, al menos cuando estén presentes los niños.

-Crear espacios donde se prohíba su uso. Esta es una medida que se está volviendo popular en espacios públicos y se está comenzando a recomendar para el hogar. Se establecen lugares donde los celulares y otros dispositivos están prohibidos, para promover mayor comunicación y contacto social. Los lugares públicos en general son espacios donde se bloquea la conexión a internet. En el hogar se puede escoger momentos también, como por ejemplo guardar todos los dispositivos en otra habitación al sentarse a comer.

-Desintoxicación digital. Esto quiere decir hacer un paseo, por ejemplo un camping, donde esté prohibido cualquier uso de tecnología por unos días. Se ha visto que genera cambios importantes, como mejorías en las relaciones, mayor comunicación y bienestar. Se recomienda planificarlas de vez en cuando, no sólo una vez.

-Favorecer usos pedagógicos y de utilidad cuando lo estimen conveniente, ya que hay programas o aplicaciones que pueden ser beneficiosos para diversos fines. Por ejemplo, para el desarrollo de ciertas funciones ejecutivas, para favorecer el aprendizaje e incluso hay algunas aplicaciones diseñadas para generar relajación con ejercicios de respiración, utilizados en tratamientos de ansiedad.

-Promover la conciencia en hacer una cosa a la vez. Es muy común en estos tiempos el estar haciendo muchas actividades en el mismo momento, lo cual se ha denominado “multitasking”. Hoy en día hasta al estar conduciendo es habitual revisar mensajes, hablar por teléfono con manos libres, y hasta maquillarse. O jugar con los niños, revisando la bandeja de correos y haciendo alguna tarea de la casa. En otras palabras, compartir con los hijos o la pareja y trabajar a la vez, en donde los Smart Phones cobran un rol importante. Si bien puede generar una sensación de eficiencia en la percepción en una sociedad en donde pareciera no alcanzar el tiempo para todo, en el largo plazo aumenta la ansiedad, el estrés y la sensación de ineficacia al no lograr hacer cada cosa en su cabalidad y en consciencia. Por lo tanto, se recomienda hacer el esfuerzo  (o al menos en la medida de lo posible), de conectarse plenamente en cada actividad que se realiza, una a la vez. Sabemos que ser madre o padre complejiza esta misión, pero al proponerlo como meta se pueden lograr cambios en ello.

Por lo tanto, la clave está en sacar provecho de las ventajas que nos provee la tecnología, pero también determinar a tiempo cuándo excede lo apropiado para nuestra salud mental, entendiendo que los niños son más vulnerables y necesitan de nosotros para conocer y adaptarse al mundo. En resumen, protección y presencia.

Ps. Claudia Brett G.